jueves, 28 de abril de 2016

NUEVA MAHOU MAESTRA. DOBLE DE LÚPULO... ¡¿RESPECTO A QUÉ?!

Todos y todas los que me leéis habitualmente sabéis que no suelo hablar sobre lo que entendemos como cervezas industriales. Primero, porque no me gusta hablar mal de nadie, prefiero hacerlo en positivo, y en el caso de las macro, no me sería posible en la mayoría de los casos. Segundo, porque hablando mal también se hace publicidad, que, aunque sea negativa, en ocasiones puede ser buena, y tampoco es mi objetivo. Pero hay veces en los que te tocan la fibra y no te queda más remedio que escribir un post de denuncia, como es el caso del de hoy.
Ayer llegó a mis manos una botella que me hizo leer la etiqueta unas cuantas veces para cerciorarme de que lo que veían mis ojos era cierto. Lo más de los más, lo último de lo último, el último grito en marketing. Ya quedó atrás el "doble malta", ahora lo que se lleva es el "DOBLE LÚPULO". Así, como lo leéis, bien grande, en el centro de la etiqueta. Con dos cojo...
¿El doble de lúpulo que quién? ¿Que cuándo? ¿Que para qué? Y no busquéis más información en la etiqueta o contraetiqueta porque lo único que pone es que lleva malta de cebada y poco más. Señores de Mahou, hace unas semanas ustedes hicieron un movimiento hacia lo que nosotros entendemos como craft beer del que muchos dudan, y estos intentos de aprovechar el tirón del mercado con mensajes sin sentido en sus botellas, no ayudan en absoluto. Que está de moda el lúpulo, pues toma taza y media, o en este caso igual es cuarto y mitad, ¿Quién sabe? Porque nadie va a ser capaz de descubrir cuál era la base, para confirmar que lleva el doble, ¿O es el doble que la competencia? ¿O el doble de la cantidad que la OMS recomienda para consumo diario?
En fin...

lunes, 25 de abril de 2016

#LA RONDA 41: FRAGMENTACIÓN DEL MERCADO, ONE HIT BEERS Y CINTAS DE VIDRIO

Como cada mes, o casi, llega la hora de hablar sobre el tema de #LaRonda, esta vez propuesto por Jorge desde su blog CERVERIANA. Para la ronda de este mes, nos propone unas preguntas existenciales tales como ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos? y ¿Cómo nos recordará la historia?, además de otra buena sarta de preguntas al más puro estilo Cerveriana, para terminar con lo que realmente es la miga de esta ronda: La vorágine de novedades, falta de referencias fijas, la autorregulación del mercado, el coleccionismo...
La verdadera intención de las preguntas que lanza Jorge entiendo que es el darnos pie para opinar sobre el actual mercado de la cerveza craft y sus peculiaridades. Desde el boom de la cerveza craft hace unos pocos años, el mercado cervecero "artesanal" ha ido girando y buscando su lugar hasta llegar al presente. La verdad es que no sé si el mercado goza de buena o mala salud, si las políticas de las micros son acertadas o no, ni si esto tiene algún futuro o acabaremos volviendo a la cerveza industrial, como dice Jorge. Espera un momento... ¿Volver a la cerveza industrial? ¿Es que en algún momento la hemos dejado? Personalmente no. Bebo cerveza craft siempre que puedo, sí, pero no siempre es posible, así que, a menos que solo te muevas por cervecerías especializadas, es realmente complicado beber solo este tipo de cerveza. Aquí es donde detecto uno de los primeros y mayores errores que sufre el mercado, y por consiguiente, un motivo de frustración para muchos amantes de la CERVEZA, así, con mayúsculas y todo. La cerveza craft se ha erigido desde el primer momento como la sucesora de los brebajes que las grandes macros nos han vendido como única cerveza durante años. Pero no solo sucesora, también se toma como sustitutiva de ésta, y aquí creo que está el fallo. La cerveza craft es otra cosa. Seguramente no sea una bebida para el día a día, por lo menos, en lo que a lo económico respecta. Hay pocos bolsillos que pueden permitirse el tomarse cervezas craft al ritmo que el resto de los mortales beben cañas y pintas de lagers industriales. Es más, creo que el intentar que esto se normalice es un error, ya que este tipo de cervezas no están pensadas para los excesos. Me explico, antes de que me empiecen a llover piedras. Igual que un amante de la carne no puede comer todos los días un chuletón de buey de kilo para desayunar, comer y cenar, un amante de la buena cerveza, quizás no pueda beber cada día 3 o 4 pintas de ipas o imperial stouts. No estoy diciendo que la cerveza craft sea un producto de lujo, que para muchos lo es por el precio, pero quizás nos equivoquemos al pensar que este tipo de bebida hay que consumirla igual que la industrial, en cualquier lugar y cualquier momento, y sobre todo, al mismo o similar precio. Y este es otro de los problemas que derivan en frustración para muchos amantes de la cerveza craft. El PRECIO. Se ha hablado mucho del precio de las cervezas craft estos días en redes sociales. Hay beer hunters que se quejan de los precios excesivos de algunas (la mayoría) marcas, y quizás no les falte razón, pero, señores, la culpa, en gran medida es suya... ¡Esperad, esperad! ¡No me lancéis las piedras todavía, dadme una oportunidad de explicar mi postura...
Gracias. Quiero decir que la actual forma de trabajar de las micros y por ende, de funcionar del sector, en parte, es culpa de la demanda, o sea, los freaks cerveceros (entre los que me incluyo), que lejos de ser fieles a cierta marca o cierto estilo de cerveza, lo único que buscamos son novedades y fricadas que probar en cada esquina. Quizás me equivoque pero un claro ejemplo de lo que hablo es Dougall´s. Una micro que desde sus inicios ha tenido las cosas muy claras. Buena cerveza a buen precio. Sin contemplaciones. Durante años ha estado fabricando su Leyenda, su 942 y su tres mares. No sabemos si le iba bien o mal, porque nadie hablaba de ellos, o se hablaba muy poco. Eran cervezas correctas, de lo mejor del mercado en cuanto a igualdad entre lotes y relación calidad precio, pero nadie las alababa. Hoy las siguen produciendo, sí, y siguen siendo igual de buenas. Hoy, Dougall´s está en auge, está en ebullición. Sus cervezas de tirada limitada, la serie Ipa # está en boca de todos y parece que hoy, Dougall´s sí mola. ¿Por qué este cambio? Dougall´s ha vivido en la sombra hasta que ha empezado a elaborar cervezas más "especiales", y es por esto por lo que el resto de micros funciona igual. Hoy en día no vale con tener tres referencias fijas, por muy buenas que sean. Hay que innovar, buscar nuevos límites, sacar cervezas nuevas cada cierto tiempo porque la gente que bebe cerveza craft busca esto. Busca beber cosas especiales. Cuando prueba algo, quiere que sea nuevo o mejor que lo que probó la última vez que bebió algo especial. Cuando pedimos una caña industrial no esperamos nada nuevo, sabemos lo que hemos pedido y lo que nos van a servir, nos puede gustar más o menos, pero sabemos de antemano lo que vamos a tener en el vaso. El pedir una cerveza craft supone algo más. Cuando pedimos una cerveza nueva de una micro que nos gusta, entra en juego un poco el morbo. El no saber si esa cerveza va a estar al nivel de las otras cervezas de la marca, aunque confiamos en que sí, pero sobre todo, arriesgamos porque sabiendo que otra cerveza nos gusta, pedimos una nueva. Y queremos que sea una triple ipa, o que tenga ese lúpulo nuevo que salió ayer, o tres kilos del café más caro del mundo, o una buena cantidad de cacao ecológico de la Conchinchina... y esto, señores, cuesta dinero. Y lo que no podemos pretender es ir a una cervecería especializada y que nos pongan una pinta de una cerveza súper especial al mismo precio que una lager industrial, fabricada por millones de litros y abaratando costes con maíz o arroz. Igual hay que mentalizarse y darse cuenta de que, quizás, no podamos beber tres pintas de una cerveza craft especial, pero que bebiendo una disfrutamos el triple que con una lager industrial.
A estas alturas ya no sé si sigo el hilo de la ronda, o si me he ido por los cerros de Úbeda. Ni tan siquiera sé si se está entendiendo mi planteamiento. Voy a intentar volver al tema. Nos planteaba Jorge si no es excesiva la cantidad de novedades y la falta de referencias fijas, además de todo lo que se importa. Y la respuesta es simplemente, no. No, por todo lo que he dicho hasta ahora. El consumidor de cerveza craft es beer hunter por naturaleza, es un consumidor sediento (nunca mejor dicho) de novedades, y ha llegado hasta aquí porque es curioso y está harto de lo clásico y cotidiano. La pregunta y el planteamiento es otro según mi parecer. Lo que habría que plantear es si este sector es sostenible tal y como ha evolucionado. Llegará un día en que las crafts no tengan muchas más vueltas de tuerca, y ese día el rumbo variará, y veremos qué pasa. Lo que no creo que pase es que el mercado se estabilice con micros con pocas referencias baratas y aburridas. Primero, porque nunca van a poder elaborar cerveza al mismo precio que las macros, que en parte es lo que se les está exigiendo ahora mismo, lo queramos ver o no con tanta crítica a los precios y demás. Y segundo, porque el sector craft es así, es pura imaginación, imaginación sin límites y experimentación, para dar al cliente final lo que busca.
Ahora sí, ya podéis empezar a lanzarme las piedras en forma de comentarios que intentaré contestar y debatir conforme pueda.

martes, 12 de abril de 2016

#LARONDA 40: INVASIÓN DE JUECES BJCP (RESUMEN)

Bueno, pues llega la hora de pagar la Ronda y echar un vistazo a todo lo que se ha comentado sobre el tema en otros blogs. El tema ha dado para bastante, ya que como decíamos en la convocatoria, es un tema de rabiosa actualidad que a todos nos toca de cerca de una u otra manera. Veamos qué comentan los otros blogs:





Ana, de EL RETROGUSTO ES MIO se estrena en esto de La Ronda, dándonos su visión particular sobre el tema, contándonos su experiencia realizando el examen que se celebró en Barcelona el pasado mes de Marzo. Su objetivo a la hora de hacer el examen fue conocer y distinguir técnicamente los estilos con un objetivo puramente profesional. Nos comenta que gracias a estudiar para el examen, su reconocimiento de aromas y sensaciones ha mejorado bastante, creando una base que en un futuro le servirá para impartir mejor las catas que realice. Como resumen final, cree que no hay un número excesivo de jueces, y que cuantos más haya, mejor para el sector.

Miguel, desde EL BAÚL DE LAS CERVEZAS, nos cuenta que, pese a que sigue las publicaciones de la asociación desde hace mucho tiempo, y las utiliza frecuentemente, nunca se ha sentido tentado de presentarse al examen de juez porque no le ve una utilidad clara como aficionado a la cerveza. Con tanto examen duda de si el BJCP, una asociación sin ánimo de lucro, no habrá visto negocio en esto de hacer exámenes en distintos países. Por último, cree que la proliferación de jueces resta valor al propio hecho de ser juez certificado.

A la gente de EL JARDÍN DEL LÚPULO le parece que la guía de estilos es de las más completas, pero les molesta que sea tomada como una biblia. Saben que el examen no es fácil y que la exigencia de conocimientos es grande, pero se plantean la verdadera utilidad de ser juez certificado. Creen que es una forma de acreditar tus conocimientos, pero que no por ello son superiores a los de otros aficionados. Conocen a unos cuantos aficionados que se han presentado con la única finalidad de profundizar en algunos temas y obligarse a catar de una forma más metódica. Como vertiente profesional, tampoco le ven grandes salidas, de momento...

Adrián, desde CERVEZA RUDIMENTARIA, empieza por aclarar cuál es el precio del examen, tanto teórico, como práctico. Dice que no tiene pensado presentarse por ahora, aunque sabe, por experiencias cercanas, que preparando el examen se aprende mucho. Para él, el mejorar en algo, siempre es beneficioso para el aficionado. También es verdad que detecta "cierto tufillo elitista" que ni comprende ni comparte. Cree que hay gente que quiere hacer de esto su forma de vida, y nos remite al verdadero objetivo de los jueces, que en su mayoría es altruista. Finalmente, cree que hay pocos jueces, y que cuantos más haya, más subirá el nivel de estos, y la posibilidad de tener buenos jurados en los concursos. Termina comentando que ve bien la regulación en el mundillo cervecero, ya que es la única forma de que el sector siga cogiendo forma.

Álvaro decide tomar parte por primera vez en La Ronda desde su blog HOMEBREWER, y nos cuenta su experiencia preparando el examen que realizó hace un par de meses en Madrid. Nos da unos cuantos datos interesantes, y comenta que pàra él, la utilidad personal de ese título seguramente sea nula, pero que para la comunidad es muy beneficiosa. Como homebrewer que es, valora muy positivamente que cada vez haya más jueces, ya que los jurados de los concursos de homebrewing ganarán en calidad, y la utilidad de presentarse a concursos será mayor al recibir feedbacks de calidad, cosa que hasta ahora, según comenta, no se consigue fácilmente y a veces hasta se plantea el dejar de presentar sus cervezas a concurso. Termina su aportación diciendo que los jueces BJCP son una herramienta muy beneficiosa para el sector del homebrewing, pero que a escala profesional, no es más que marketing puro y duro.

Jorge, de CERVERIANA, comienza su aportación negando la invasión de jueces. Dice que hace un tiempo estuvo tentado de apuntarse a uno de los cursos de preparación, no con el objetivo de ser juez, sino de evolucionar cerveceramente hablando, y sobre todo, mejorar, palabra que considera clave en este tema. Tampoco le ve una salida profesional a los jueces BJCP, y no cree que la existencia masiva de estos cambie mucho el panorama. Como resumen final nos comenta que siempre es bueno informarse, aprender, contrastar y estudiar en cualquier afición, pero que no hay que tomar nada como dogma obviando el resto.

Mikel, de L´ART EN BIRRA,  divide su entrada en dos secciones. En la primera analiza los verdaderos objetivos de la asociación, llegando a la conclusión de que estos no son sino ayudar a que los demás disfrutemos más de la cerveza. Sin embargo, a la hora de hablar de la propia guía, cree que va más dirigida a los propios jueces y profesionales del sector que al consumidor final. En la segunda parte, cree que la percepción de que hay un desembarco masivo de jueces en nuestro país, es errónea. Nos comenta que los jueces, donde realmente pueden explotar su título es en catas dirigidas y en concursos, ya que podrán ayudarnos a mejorar y a hacernos disfrutar de las cervezas que tomemos, y ejercer de filtro entre productores y consumidores. Finalmente, cree que es hora de poner a trabajar a esos jueces certificados de forma ordenada y coordinada, para intentar mejorar el sector con sus aportaciones y conocimientos.

Rubén, de VISUALBEER, es otro de los que recientemente se examinaron en Barcelona. Primero nos explica qué es el BJCP, luego el proceso para ser juez, y finalmente su opinión personal. Nos comenta lo mucho que ha aprendido en el proceso de preparación y lo satisfecho que está de haber aprobado el teórico (el práctico aún no se lo han evaluado). Aporta unos cuantas estadísticas para demostrar que la cantidad de jueces que hay hoy en día en nuestro país no solo no es exagerada, sino que en su opinión, es escasa. Para él, el ser juez certificado puede ser para satisfacción y disfrute personal, pero sobre todo, algo que acredita ciertos conocimientos y una buena base, lo que hace que se pueda divulgar la cultura cervecera desde una perspectiva más funcional.

Desde DORADO Y EN BOTELLA nos llega la penúltima aportación de esta Ronda, pero no por ello menos importante que el resto. Creen que tener jueces certificados puede ser útil desde el punto de vista de que puedan distinguir virtudes y defectos en las cervezas, pero sin obsesionarse con buscar estos últimos en todas partes, en vez de las virtudes. Cree que de momento no hay tantos concursos que requieran jueces titulados, y que, de todas formas, hay gente experimentada pero sin título que podría hacer un papel similar. Finalmente, acaba diciendo que los jueces pueden ser de gran utilidad, siempre que no se caiga en la "titulitis" y se acabe acotando y etiquetando absolutamente todo.

Y como pudisteis leer hace pocos días, nuestra opinión sobre el tema es que sí que puede que haya cierto boom de jueces de repente. No le vemos gran utilidad como salida profesional, aunque sí que puede ser muy útil para ciertos componentes del sector a nivel profesional. Tampoco creemos que merezca la pena gastarse dinero en cursos preparatorios, aunque eso ya es decisión de cada cual, como la de presentarse para conseguir el título, o no, ya que con fuerza de voluntad y un poco de interés, creemos que se puede conseguir una buena base también, eso sí, sin la acreditación de ningún título.

Y hasta aquí lo que ha dado de sí la ronda, que nos deja varias conclusiones. Según lo leído por aquí, podríamos decir que, en general el número de jueces todavía no es suficiente. Hacen falta más jueces certificados para conseguir que los jurados de los concursos cada vez sean mejores y más útiles. También ha quedado bastante claro que la salida profesional del título, de momento, no es una opción, y que lo más probable es que en el futuro tampoco lo sea. Así que, los jueces parece ser que deberían dedicarse a difundir la cultura cervecera aprovechando que su titulación acredita que tienen una buena base y unos conocimientos avanzados.
Solo nos queda pasar el testigo a Jorge de CERVERIANA, que será el encargado de convocar la siguiente ronda, y agradecer a todos los que habéis invertido parte de vuestro tiempo en dar vuestra opinión, y leer la de los demás.

jueves, 7 de abril de 2016

#LARONDA 40: INVASIÓN DE JUECES BJCP

No está bien que habiendo convocado la ronda nosotros mismos, ni nosotros hayamos cumplido los plazos, pero como más vale tarde que nunca, aquí está nuestra aportación al tema de este mes.
Para #LaRonda 40, proponíamos un tema de actualidad como son los jueces BJCP. Pero, para los que no son doctos en la materia, ¿Qué es el BJCP
y sus jueces?
Empecemos por el principio. El Beer Judge Certification Program (BJCP) es una organización americana privada sin ánimo de lucro que promueve desde hace muchos años la evaluación científica de la cerveza. Para ello, publica y actualiza cada cierto tiempo una lista de estilos con una ficha técnica de cada uno de ellos, incluyendo las descripciones sensoriales, entre otros muchos parámetros. Se podría decir que es la publicación más completa dentro del sector, ya que existen otras, pero ninguna llega al nivel de ésta. Además de la publicación de la guía, el BJCP organiza exámenes teóricos y prácticos a lo largo y ancho del mundo para evaluar a personas interesadas en ser juez de la organización. Lo que evalúan estos exámenes, en teoría, es que las personas que los pasen, conocen bien la teoría de la elaboración y cata de la cerveza. Hay varias categorías de jueces y demás, pero esto ya no nos interesa, porque en España la posibilidad de hacer exámenes es relativamente nueva y eso ya es otra historia.
Bien, pues una vez que sabemos qué es el BJCP y sus jueces, vayamos al grueso del tema. Las primeras preguntas que me surgen así a bote pronto son varias. ¿De qué sirve ser juez BJCP? ¿Merece la pena pagar la tasa de examen por un título que a priori no tiene ninguna validez real, de momento? ¿La tendrá en un futuro? ¿Es necesario pagar por un curso de preparación al examen? ¿A quién va dirigido todo esto?
Dejando un poco de lado algunas cosas que hemos podido leer últimamente en contra de esta guía, como que los estilos están muy encasillados, o como que no es más que una herramienta de marketing del sector cervecero americano para estar en una posición dominante sobre el resto de países, la verdad es que no sabemos si posicionarnos a favor, en contra, o todo lo contrario de este boom de jueces que han surgido en los últimos meses. Porque, aunque a más de uno le parezca que no es para tanto, yo creo que sí. Como todo en este país, se sobredimensiona y de repente aparecen 100 o 200 personas que quieren ser jueces. Yo mismo estuve mirando la opción de hacer el examen como herramienta profesional, al final no lo hice por varias razones, pero la tentación estuvo ahí. La verdad es que pensándolo fríamente, puede ser una buena excusa para un profesional el presentarse al examen. Se obliga a estudiar y aprender nociones que le van a ser útiles en su trabajo de uno u otro modo, pero esto también se puede hacer sin gastarse los 40 euros que vale la inscripción para el examen (sin contar los gastos de traslado, ya que estos exámenes hasta ahora han sido en Barcelona y Madrid)... por no hablar del precio de algunos cursos preparatorios que hay por ahí que pasan de los 800 euros...
Otros puede que lo hagan por tener un título que acredite su sabiduría. Quizás el día de mañana los concursos de cerveza se profesionalicen y los jueces solo puedan ser tales si los acredita un título, pero... ¿un título de una asociación americana? Pues mientras no haya otro seguramente sí, pero ¿merece la pena ser juez de concursos, cuando en la mayoría de ellos no se paga? Es bonito ser juez, pero desplazarte hasta otras ciudades ejerciendo de tal, como que no lo veo a menos que te sobre la pasta y tengas un corazón inmenso y quieras ayudar al movimiento craft desinteresadamente... Entonces, si no nos movemos de nuestra ciudad o alrededores, la posibilidad de ser juez en concursos, se minimiza a lo largo del año, con lo que este objetivo no parece muy bueno ni muy rentable a priori...
Otra cosa que me sorprende es el tipo de examen. Hablando con gente que hizo el examen de Marzo en Barcelona, me sorprende que de las 5 cervezas que se analizaban, tres estuvieran contaminadas o mezcladas. Señores, ¿Qué se evalúa aquí, y qué es más importante: el tener conocimiento y saber distinguir estilos, o el detectar contaminaciones y errores en la cerveza? No sé, no me queda muy claro cuál es el fin de todo esto, y por eso, si quiero adquirir conocimientos sobre los estilos de cerveza, seguramente coja la guía y me la estudie, ya que, como dicen por ahí, es la más completa, pero donde creo que no me veréis es en uno de los exámenes, ya que de momento, no le veo ningún valor añadido al título en cuestión (sin menospreciar a todos los que ya lo
han conseguido o lo conseguirán, ya que el mérito de conseguirlo no se lo quito). Igual de aquí a unos años es imprescindible tenerlo para trabajar en el sector, quién sabe, pero hasta entonces, prefiero seguir siendo autodidacta sin que nadie tenga que evaluarme por mis conocimientos, ni reconocerme por mis títulos.